Si vieras a Jhony (nombre ficticio) de 16 años, no creerías que es capaz de haber matado a una persona, peor aún alguien de su entorno familiar más próximo. Delgado y con no más de 1.60 mt. de estatura, relata el drama que vivió y que lo impulsó a terminar con la vida de su padrastro en complicidad con su hermano mayor de 23 años.
Su rostro cambia cuando recuerda “yo lo asesiné conscientemente” y aunque es capaz de reconocer técnicamente que cometió su delito por “emoción violenta”, rememora dos factores que considera fueron los desencadenantes para ese desenlace.
Casi sin respirar nos cuenta “Él dijo que lo mató a mi papá por estar con mi mamá y lo ahorcamos”; pero además Jhony también fue víctima de explotación laboral, “mi padrastro era muy malo, nos abusaba, nos hacía trabajar plantando cebada y no nos daba nada” e incluso se le negó el derecho a la educación a su corta edad, “llegué hasta tercero de primaria, ni siquiera me permitía estudiar”, relata.
El drama de su captura inició luego de la denuncia de sus hermanastros “sus hijos de mi padrastro me denunciaron y me detuvieron a los tres días”, luego se sucedieron los abusos policiales como en la mayoría de este tipo de casos, “a mí me metieron a golpes a la camioneta”, relata. “Antes estuve detenido en celdas policiales cinco días, luego me llevaron a la Defensoría de la niñez”, continúa.
Mientras, a su hermano, antes de llevarlo hasta San Pedro, le obligaron a confesar su culpa a la fuerza, “le metieron con torito para que hable”. Luego en la audiencia y la respectiva reconstrucción de los hechos intentó salvar de toda culpa a su hermano menor, pero vanos fueron sus esfuerzos, ambos terminaron siendo juzgados.
Es uno de los pocos casos que tiene sentencia en Qalauma, la mayoría de las y los adolescentes son detenidos preventivos, y debe cumplir una pena de reclusión de seis años por coautor del delito de asesinato. Su hermano está condenado a 30 años de cárcel.
Con nostalgia refiere “no tengo ningún contacto con mi hermano, me gustaría verlo” y asegura “ahora pienso antes de actuar”. El futuro de Jhony casi está definido, cuando tenga 21 años cumplirá su pena y luego “quiere trabajar en lo que venga, ya me formé en costura y me gustaría ser contador”.
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